3 días
Moderado
8 Personas
0 msnm
Te despiertas con el canto de los pájaros y el murmullo de la naturaleza. Caminas y de pronto aparece un ave de colores intensos o un animal que apenas logras ver entre los árboles, moviéndose ágil y silencioso. Todo está tan vivo y tan cerca que sientes que formas parte de ese entorno.
Es como estar dentro de un documental, pero en primera persona. Lo estás viviendo: respiras ese aire, tocas la tierra, ves todo con tus propios ojos. Una aventura profunda, transformadora.
Destacados:
En este viaje de tres días al Manu vas a cruzar desde la sierra hasta la selva baja. Salís de Cusco temprano y de a poco el paisaje empieza a cambiar. Pasás por los Andes, bajás al bosque de nubes, y después entrás directo a la Amazonía.
El primer día ya estás viendo aves, árboles enormes y pueblos pequeños. Se duerme en un ecolodge en medio del bosque, tranquilo, con lo justo, rodeado de naturaleza.
El segundo día seguís más profundo, hacia la reserva. Caminás por senderos rodeados de vegetación, cruzás ríos en bote, escuchás monos a lo lejos. Si el clima ayuda, podés ver tucanes, guacamayos y varios tipos de monos. También se habla con gente local que vive en la zona y trabaja cuidando la selva.
El tercer día se vuelve a Cusco, con varias paradas en el camino. No es un tour de lujo ni de foto perfecta. Es simple, real, intenso. Vas a volver cansado, sucio, pero con la cabeza en otro lado.
Salimos temprano desde Cusco y tomamos la ruta que cruza los Andes hacia la selva. A medida que bajamos, el paisaje cambia: pasamos de valles secos a bosques cubiertos por neblina. El camino tiene buenas vistas y hacemos algunas paradas para estirar las piernas, sacar fotos y observar aves.
Llegamos al Bosque de Nubes, donde hay posibilidades de ver especies como el quetzal, el trogón o la pava andina. La vegetación es densa, húmeda y muy verde. Por la tarde llegamos al lodge, donde pasamos la noche rodeados de naturaleza.
Nos levantamos con el sonido del bosque y salimos a caminar temprano. Buscamos aves y monos capuchinos, siguiendo senderos sencillos dentro del bosque. El guía acompaña el recorrido explicando sobre las especies, las plantas y los cambios del ecosistema.
Después seguimos viaje hacia la zona baja del Manu. Entramos en una parte más densa de la selva, dentro de la reserva. Hay tiempo para caminar por la tarde y visitar miradores. El día termina en el lodge, con vista al río. Si el cielo está despejado, el atardecer es uno de los puntos altos del viaje.
Después del desayuno tomamos un bote por el río Madre de Dios hasta Atalaya. Es un tramo tranquilo, con paisajes de selva virgen a los lados. Desde ahí volvemos por carretera rumbo a Cusco.
Es un día largo de viaje, pero con buenas vistas durante el camino. Llegamos a la ciudad por la tarde o al anochecer.
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