5 días
Moderado
12 Personas
4630 msnm
Antes de salir pasás por Cusco, conocés un poco la ciudad y te acostumbrás a la altura. Después empieza la caminata por la ruta del Salkantay. En el camino ves la laguna Humantay, que está bien arriba, y el paso Salkantay, que es lo más duro pero también lo más impresionante. Después todo empieza a cambiar, el aire se hace más suave y el camino te va llevando hacia la selva.
Comes comida hecha ahí mismo, sencilla pero buena, y dormís en campamentos armados para descansar bien. Los guías caminan con vos, te explican lo que se ve, pero también te dejan tu espacio si quieres ir en silencio.
Al final, llegas cerca de Aguas Calientes, y al día siguiente subís a Machu Picchu. Llegar así, después de haber caminado todo, se siente distinto. Más merecido, más real.
Si estás pensando en hacer una caminata que realmente valga la pena, el Salkantay Trek puede ser justo lo que estás buscando. Son cinco días de aventura pura, atravesando paisajes que cambian a cada paso: desde montañas nevadas hasta llegar al verde intenso de la selva.
Pero esto no es solo caminar. Es una experiencia que te mueve por dentro. Hay momentos en los que estás cansado, claro, pero miras alrededor y ves algo tan impresionante
En el camino, también te cruzas con gente local, pruebas comida casera, visitas plantaciones de café y dormís en lugares únicos, como domos en medio de la naturaleza o campamentos con vistas increíbles.
Y cuando finalmente llegas a Machu Picchu… todo lo que hiciste para llegar cobra sentido. No es lo mismo que ir en tren. Caminaste hasta ahí. Lo viviste. Y eso se siente.
Este trek es para los que quieren algo real. Si te gusta la naturaleza, te bancas un poco de esfuerzo y quieres volver con recuerdos que no entran en una foto, esta experiencia es para vos.
Arrancamos bien temprano desde Cusco. Después de un par de horas en carretera, llegamos a Mollepata, donde podés comer algo antes de seguir a Challacancha. Ahí empieza la caminata. El primer tramo no es tan exigente, pero ya te va mostrando paisajes que te hacen parar cada tanto solo para mirar.
Almorzamos en Soraypampa y, después de un descanso, subimos a la Laguna Humantay. Cuesta un poco, pero cuando llegás... no hay palabras. Esa agua azul brillante, rodeada de montañas nevadas, es algo que no se olvida. Volvemos a Soraypampa para pasar la noche en los Sky Camp, con una vista alucinante del cielo estrellado.
Este es el día más intenso. Subimos hasta el punto más alto del recorrido: el Abra Salkantay, a 4,650 metros. Vas a sentir el cansancio, pero también una sensación de logro enorme. Estás ahí arriba, rodeado de montañas gigantes... es otro mundo.
Después, empezamos a bajar. El clima cambia, el paisaje también: pasamos del frío de altura al calorcito húmedo del bosque. Almorzamos en el camino y terminamos el día en Collpapampa, donde dormimos en domos en medio de la naturaleza.
Hoy el camino se pone más verde. Caminamos entre ríos, cascadas, árboles de plátano y café. Es otro ritmo, más tranquilo, con muchas paradas para sacar fotos o simplemente disfrutar el entorno.
Por la tarde, visitamos una finca de café. Nos explican cómo lo cultivan y hasta podés tostar tus propios granos. Es una experiencia muy cercana, sencilla pero auténtica. Dormimos en domos (Jungle Domes) en medio de la selva alta.
Empezamos temprano con una subida hasta Llactapata, un sitio arqueológico poco visitado desde donde ya se ve Machu Picchu a lo lejos. Es una de esas vistas que te hacen frenar y quedarte en silencio.
Luego bajamos hasta Hidroeléctrica para almorzar. Desde ahí, podés caminar unas tres horas más hasta Aguas Calientes o tomar el tren (opcional). Por la noche, cenamos en el pueblo y descansamos en un hotel, preparando el gran día.
¡El gran día! Nos levantamos bien temprano para estar entre los primeros en llegar a Machu Picchu. Así evitamos multitudes y podemos disfrutar el lugar con más calma. Hacemos una visita guiada de unas dos horas para conocer su historia y cada rincón especial.
Si reservaste con tiempo, podés subir a Huayna Picchu o Montaña Machu Picchu para tener una vista aún más impresionante. Después, bajamos a Aguas Calientes, tomamos el tren a Ollantaytambo y desde ahí volvemos en transporte a Cusco.
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Si te gusta la aventura de verdad, la caminata de 5 días por Salkantay te va a encantar. Es una de esas experiencias que no se olvidan: paisajes increíbles, aire puro, y la satisfacción de llegar caminando hasta Machu Picchu.
Vas a empezar en las montañas, con nieve y frío, y poco a poco te vas metiendo en la selva. Cada día es distinto. Uno de los momentos más lindos es cuando subís a la Laguna Humantay. El color del agua parece mentira. Y el segundo día, cruzás el Abra Salkantay, a más de 4,600 metros. Cuesta, pero la vista lo vale.
En el cuarto día, llegás a Llactapata, un lugar menos conocido pero con una vista espectacular de Machu Picchu desde lejos. Es como una pequeña previa antes del gran final.
Y claro, el último día es para recorrer la ciudadela. Vas con guía, aprendés un montón, y si querés algo más, podés subir a Huayna Picchu (hay que reservarlo con tiempo). Estar ahí arriba, viendo todo desde las alturas, es una locura. Te sentís parte de algo grande.
Es una aventura que te deja cansado pero feliz. No importa si vas solo, con amigos o en pareja: este viaje te marca.
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