4 días
Moderado
12 Personas
4632 msnm
En el camino cruzas desde el paisaje seco y rocoso de la altura hasta el bosque húmedo que te va metiendo de a poco en la selva. Cambia todo: el aire, el olor, los sonidos.
Dormís en carpas, comes comida caliente que se agradece un montón, y compartís charla con los guías y los demás caminantes. Te cuentan cosas del lugar, o caminás en silencio, lo que necesites.
Y lo mejor es que al final te vas acercando a Machu Picchu sin haber tomado el camino más fácil. Lo ganas con cada paso. Es otra forma de llegar, y se siente distinto.
¿Por qué elegir este viaje?
Esta ruta es para quienes prefieren llegar a Machu Picchu caminando, sintiendo cada kilómetro y cada cambio en el paisaje. No hay trenes, ni atajos. Solo montaña, pasos altos, quebradas profundas y esa mezcla de cansancio y asombro que solo se consigue en un viaje así.
El Salkantay Trek es una alternativa real al clásico Camino Inca. Pasa por escenarios muy distintos entre sí: glaciares, bosques nublados, ríos, valles y pueblos pequeños donde el ritmo es otro. En el corazón de la ruta está el imponente Salkantay, una montaña nevada que impone respeto. Pasar cerca de ella es una experiencia que no se olvida fácil.
Durante cuatro días se camina por terrenos variados. Algunos tramos son exigentes, especialmente el paso alto, pero todo está pensado para avanzar a buen ritmo, con pausas, sin apuros. Por las noches se duerme en campamentos preparados, con carpas cómodas o domos donde se puede mirar el cielo claro de los Andes antes de dormir.
Esta no es una caminata técnica. No hace falta experiencia previa en montaña, pero sí ganas de caminar varias horas al día, tener algo de resistencia y, sobre todo, disposición para adaptarse al clima y al entorno. Es una ruta que te lleva de los 3,800 hasta los 4,600 metros, para luego descender a la selva alta. Eso también se siente.
El último día está reservado para Machu Picchu. Y llegar después de haber cruzado tanto paisaje es distinto. No es lo mismo tomar el tren y subir con cientos de personas que llegar sabiendo todo lo que dejaste atrás. Para muchos, esa es la verdadera recompensa del Salkantay.
Salimos de Cusco temprano por la mañana. Paramos en Mollepata para desayunar, luego seguimos en carro hasta Challacancha. Ahí empieza la caminata. Son unas tres horas hasta Soraypampa, donde almorzamos y nos instalamos en el campamento.
Por la tarde subimos a la Laguna Humantay. La caminata dura unas tres horas ida y vuelta. La laguna está a más de 4,200 metros, con vistas a las montañas. Bajamos antes del anochecer, cenamos y dormimos en domos.
Desayunamos temprano y empezamos la subida al paso Salkantay (4,650 m), el punto más alto de la ruta. Es la parte más dura del trek, pero las vistas lo valen.
Desde ahí bajamos poco a poco, el clima cambia, y ya se empieza a ver vegetación más densa. Almorzamos en el camino y seguimos caminando hasta Collpapampa. Ahí armamos campamento, cenamos y descansamos.
Seguimos bajando por el valle. Se camina entre cafetales, árboles frutales y pequeños pueblos. Llegamos a La Playa y desde ahí tomamos transporte hasta la Hidroeléctrica.
Después de almorzar, caminamos por la vía del tren unas tres horas hasta Aguas Calientes. En el pueblo hay tiempo para ducharse, descansar o visitar las aguas termales. Noche en hotel.
Subimos muy temprano en bus a Machu Picchu. Ingreso con guía y recorrido de unas dos horas por los sectores principales. Después hay tiempo libre.
Al final del día bajamos a Aguas Calientes, tomamos el tren hasta Ollantaytambo, y desde ahí el transporte a Cusco.
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¿Alguna vez te imaginaste caminando entre montañas nevadas, selva y ruinas antiguas? Yo tampoco, hasta que lo viví. Si sueñas con conocer Machu Picchu pero no tienes una semana libre, esta ruta por Salkantay en 4 días es una locura. En el buen sentido.
Lo increíble es cómo cambia todo en tan poco tiempo. Un día estás en los Andes, con frío y montañas blancas a tu alrededor, y al siguiente estás bajando entre vegetación y calorcito de selva. Es exigente, sí, pero vale cada paso.
Algunos momentos que no se me borran:
✅ La Laguna Humantay. Parece photoshopeada. Te juro que el color del agua no se puede explicar con palabras.
✅ El Abra Salkantay. 4,650 metros. Se sufre, pero cuando llegás a la cima… te sentís en otro planeta.
✅ La Montaña Salkantay. Gigante, imponente, silenciosa.
✅ Y claro, Machu Picchu. Por más que hayas visto mil fotos, estar ahí es otra cosa. Es energía pura.
Si todavía te quedan ganas de más (y piernas), podés subir al Huayna Picchu o la Montaña Machu Picchu. Es duro, pero la vista desde arriba es… wow.
🌟 No sé cómo explicarlo bien, pero esta experiencia te cambia. Es más que un viaje. Es algo que te queda.
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